La alimentación y la nutrición son trascendentales para el cuerpo humano; y cuando ambos aspectos son apropiados, el resultado se expresa a través de un peso adecuado, vital y beneficioso.

Un buen estado de nutrición genera un peso saludable; por el contrario, un cuerpo mal nutrido está expuesto a contraer diferentes enfermedades, además de complicar las patologías preexistentes.

Por mucho tiempo tener un peso corporal adecuado parecía sinónimo de hacer dieta, de  una buena genética o de suerte, desconociendo que la educación nutricional es un parámetro fundamental en el logro de un peso, apropiado y saludable. Un error frecuente es creer que alguien con sobrepeso u obesidad no puede estar

malnutrido. ¡Puede estarlo, y mucho!

Lamentablemente, aprendimos que para disminuir o saciar el hambre lo importante es comer sin tener en cuenta qué ingerimos, cuánta cantidad, cómo, dónde o con quién lo hacemos. Esta falta de atención sobre la calidad y la cantidad de los alimentos consumidos es lo  que favorece la falta de equilibrio entre la  comida ingerida y las necesidades corporales reales del individuo, dando lugar a los trastornos de la nutrición.

Entonces, queda claro que el exceso y la falta son las caras de un mismo problema llamado MALNUTRICIÓN; y tanto el peso de más como el peso de menos producen desajustes en la salud.

Cuando “falta” el alimento (comidas poco nutritivas o deficientes) estamos ante patologías carenciales, como desnutrición, anemia, osteoporosis, disvitaminosis, entre otras. Cuando “sobra” (exceso de calorías, menús ricos en grasa y en azúcares) aparece la otra cara, la del sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión arterial, problemas articulares, respiratorios y muchos más.

Investigaciones científicas mundiales, revelan el alarmante aumento de estos desórdenes en los últimos 25 años, y la (Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que cerca del 97% de la población mundial está mal nutrida ¡Un serio problema dado el volumen de personas afectadas y las complicaciones que acarrea!

Si bien esto es alarmante para todas las personas, lo es en mayor medida para aquellas que tienen alguna enfermedad previa, como en el caso de pacientes con enfermedades neuromusculares. Si un niño, adolescente o adulto sufre cualquier tipo de deficiencia y le suma una alimentación inadecuada (comer de más o de menos) tendrá nuevos frentes que atender.

En el caso de los pacientes con enfermedades neuromusculares el sobrepeso o la falta de nutrientes adecuados, como calcio, hierro, proteínas o fibras, en una estructura corporal debilitada y con poca masa muscular siempre favorecerá la mala evolución de su condición.

Entonces, podríamos sintetizar diciendo que la base fundamental para no caer en alguno de estos extremos es adherir a una estrategia diferente, amplia que contemple a la persona en sí misma, respetando sus características, sus particularidades y el medio que la rodea.

Apelando al manejo inteligente del peso corporal y siguiendo pautas como: 

  • Tener una alimentación inteligente que le aporte al cuerpo todo lo que él necesita. Es decir: proteínas, hidratos de carbono, grasas,vitaminas, aguas, sales, fibras y minerales en su justa medida.
  • Tener en cuenta el número de ingestas realizadas y la cantidad de comida ingerida durante el día, el tiempo que le dedicamos y el estado que estamos en el momento de comer.
  • Tomar conciencia de que la comida sirve para alimentar y nutrir al cuerpo. No es un entretenimiento, un paño de lágrimas o un calmante.
  • Desplazar el objetivo a mejorar el modo de relacionarse con la comida y a valorar la importancia vital que ella tiene en la salud, reconociendo que estar sanamente nutrido proporcionará un peso acorde a edad, sexo y contextura mejorando la calidad de vida.
  • Aceptar que, a veces, manejar la forma de comer, el peso corporal, la ansiedad, las tentaciones o los miedos relacionados con la alimentación, no son una tarea fácil. ¡Si ya intentaste controlar tu peso sin éxito, anímate y volvé a pedir ayuda!

Esta nota fue realizada con el asesoramiento de la Dra. Nélida Ferradas, Médica Pediatra, Hebiatra, Nutrición y sus trastornos, Alimentación en familia. Esta información no reemplaza la consulta médica.

FUENTE: Revista Seguir Andando

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