La Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que las enfermedades cardiovasculares (ECV) constituyen la principal causa de muerte natural de la población mundial. La revelación se desprende de un minucioso análisis de datos obtenidos en 2015. El informe detalla el vasto espectro de las patologías asociadas y sus derivaciones fatales.
La OMS analizó las causas de los decesos naturales registrados en el mundo e identificó 17,7 millones producto derivadas de ECV. La cifra representa el 31 por ciento del total en 2015, es decir que -en promedio- cada 10 fallecimientos, 7 estuvieron relacionados a cuestiones coronarias.
El informe partió los 17,7 millones de casos en dos subgrupos: 7,4 millones de muertes se debieron a la cardiopatía coronaria, mientras que 6,7 millones a accidentes cerebrovasculares (ACV) ¿Por qué? porque ambas tienen como base los desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos, pero tienen sus diferencias.
Pese a que constituyen la principal causa de muerte, pueden prevenirse ya que existen comportamientos sobre los que se apoyan los factores de riesgo: el consumo de tabaco, la mala alimentación, la obesidad, la inactividad física y el consumo nocivo de alcohol constituyen la base de esta pirámide: revirtiendo estas características disminuyen las posibilidades de terminar en cuadros críticos.
Los ataques al corazón y los ACV -que pueden producirse por hemorragias de los vasos cerebrales o coágulos de sangre- tienen su punto en común: en líneas generales se deben a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro. La causa de ese problema, también sintéticamente, se debe a la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos.
FACTORES DE RIESGO
Tanto los ACV como los ataques cardíacos, suelen ser el resultado de una combinación de factores de riesgo: pacientes fumadores, con una dieta poco saludable, sedentarismo, consumo elevado de alcohol, hipertensión arterial, diabetes y valores altos de colesterol o triglicéridos.
Todos los indicios riesgosos pueden constituir un paso intermedio a una ECV: los diagnósticos de hipertensión arterial, hiperglucemia, hiperlipidemia y sobrepeso u obesidad son indicativos de un aumento del riesgo de sufrir complicaciones del tipo cardíacas.
La pérdida del hábito de consumo de tabaco, la reducción de la sal de la dieta, la incorporación de frutas y hortalizas, la actividad física regular y la reducción del consumo nocivo de alcohol reducen los riesgos de una ECV. Sin embargo, también puede ser necesario un tratamiento farmacológico para los pacientes con otras enfermedades de riesgo como la diabetes, la hipertensión o la hiperlipidemia.
¿Porqué es tan importante la prevención y el cambio de hábitos? Porque prácticamente no existen síntomas previos a un problema en los vasos sanguíneos: su primera manifestación puede ser un ataque al corazón o directamente el ACV:
LAS MANIFESTACIONES
Los ataques al corazón pueden manifestarse con dolor o molestias en el pecho, brazos, hombro izquierdo, sudores fríos y palidez. Los casos registrados en mujeres, además pueden presentar además dificultad para respirar, náuseas o vómitos y dolor en la mandíbula o la espalda
El indicio más común del AVC es la el entumecimiento o pérdida súbita de fuerza muscular en los brazos, piernas o cara; confusión, dificultad para hablar o comprender lo que se dice; problemas visuales; dificultad para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación; dolor de cabeza intenso y debilidad o pérdida de conciencia.
La conclusión de la OMS indica que si los individuos adoptaran comportamientos saludables y sostenidos, las ECV o ACV dejarían de liderar las causas de muertes naturales.
“El consumo de tabaco, la mala alimentación, la obesidad, la inactividad física y el consumo nocivo de alcohol constituyen los principales factores de riesgo”
“La pérdida del hábito de consumo de tabaco, la reducción de la sal de la dieta, la incorporación de frutas y hortalizas, la actividad física regular y la reducción del consumo nocivo de alcohol reducen los riesgos de una enfermedad cardiovascular”.
