La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se caracteriza por la inflamación crónica del aparato respiratorio que provoca un estrechamiento de las vías aéreas y destrucción del tejido pulmonar. Cuando la enfermedad avanza, el paso del aire y la difusión de oxígeno a la sangre se dificultan. Esto produce un déficit de aporte de oxígeno en los tejidos, una insuficiencia respiratoria.

La EPOC es prevenible y tratable. Puede presentar algún grado de reversibilidad, pero sin llegar a normalizarse.

En reposo, una persona sana presenta niveles de oxígeno en sangre arterial  mayores a 80 milímetros de Mercurio (mm de Hg). Cuando esos niveles son menores a 60 mm de Hg, no alcanzan para que el organismo funcione correctamente. De esta manera, otros órganos y sistemas intentan compensar el déficit esforzándose más. 

Si la insuficiencia respiratoria se resuelve pronto, todo se normaliza. Pero si persiste (se vuelve crónica), pueden aparecer problemas como la insuficiencia cardíaca, hipertensión pulmonar, arritmias, enfermedades vasculares, alteraciones de memoria y del sueño, etc.

¿Qué es la oxigenoterapia crónica domiciliaria?

Consiste en administrar oxígeno a concentraciones más elevadas de lo que se encuentra en el aire. Sólo sirve cuando el organismo no alcanza niveles de oxígeno en sangre superiores a los 60 mm de Hg. Para que resulte efectiva, es preciso suministrar oxígeno  entre 15 y 18 horas al día, incluidas las horas de sueño.

Diversos estudios demostraron que personas que presentan EPOC grave con  insuficiencia respiratoria crónica tenían mayor sobrevida y mejor calidad de vida si eran tratados con oxigenoterapia por más de 15 horas diarias.

En la actualidad, existen diferentes dispositivos para suministrar oxígeno en el domicilio:

 -Concentrador de oxígeno. Se conecta a la red eléctrica y concentra el oxígeno del ambiente. Requiere poco mantenimiento y es fácil de usar, por lo que es uno de los más utilizados por los pacientes en sus viviendas. Como puntos en contra, hay que destacar que no se puede transportar (por lo que limita al paciente) y que es ruidoso.

-Tubo de oxígeno. Sus mayores problemas son su tamaño, su peso y que debe cambiarse periódicamente. Como ventaja, no depende de la energía eléctrica. Por este motivo, suele usarse como reserva cuando hay cortes de luz o para algún traslado.

-Oxígeno líquido. Consiste en oxígeno condensado a temperaturas inferiores a los -180°C. Se contienen en tanques de gran tamaño que se rellenan periódicamente. Su ventaja es que se puede traspasar a un contenedor del tamaño de una mochila, lo que permite que se use para salir del hogar. Como desventaja, hay que considerar  que no es fácil de manejar ni de mantener.

-Oxigenoterapia portátil. Consiste en concentradores eléctricos del tamaño de una mochila, lo que facilitan su traslado. Incluso a la calle. La principal desventaja es que tienen poca autonomía (de una a tres horas) y que sólo permite flujos bajos de oxígeno. Otro de sus inconvenientes es que pesan más de 4 kilos, por lo que hay que evaluar el desgaste que supone cargarlo al andar. Suelen recomendarse para pacientes muy activos y que, pese a su enfermedad, tienen un buen estado físico.

Fuentes. Ministerio de Salud de la Nación, Sociedad Madrileña de Neumonología y Cirugía Torácica. 

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