Si bien no hay una recomendación estandarizada, especialistas destacan la importancia del seguimiento para ver si quedaron secuelas respiratorias o cardíacas, sobre todo en casos moderados a graves.

Las estadísticas indican que más de 17 millones de personas en todo el mundo (más de 300 mil corresponden a Argentina) superaron la infección por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2. Dado que la evidencia científica demostró hace rato que Covid-19 no es “una gripecita”, sino que puede provocar afectación más allá de los pulmones, síntomas prolongados y secuelas a nivel respiratorio y cardiológico, entre otros sistemas, especialistas advierten que quienes atravesaron la enfermedad, sobre todo los casos moderados y graves, deberían realizarse controles de seguimiento tras el alta médica. En España, de hecho, ya hay instituciones que ofrecen “chequeos Post-Covid-19”, que consisten en la realización de “consultas especializadas y múltiples pruebas de alta resolución dirigidas a la valoración de los órganos diana más importantes de la enfermedad producida por el SARS-Cov2”,

Por el momento, no hay recomendaciones estandarizadas sobre estudios a realizar, coincidieron especialistas consultados por Clarín. No obstante, afirmaron que principalmente los pacientes que atravesaron cuadros complejos (se calcula que son un 20% del total, incluido el 5% que requiere cuidados intensivos) deben recibir seguimiento clínico, así como quienes experimentan enfermedad prolongada luego de la infección inicial (alrededor de un 10%) o manifiestan señales que pueden encender la sospecha sobre algún tipo de daño en el organismo.

“No hay indicación estricta de ningún estudio. Exámenes que dentro de la lógica uno podria pedir son ergometría, tomografía de tórax, ecocardiograma”, sostuvo el infectólogo Javier Farina, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) e integrante del comité médico de asesores del Gobierno en la gestión de la pandemia.

“Los pacientes que tuvieron Covid-19 deberían estar atentos a su estado de salud y hacer seguimiento, en especial de síntomas prolongados, complicaciones o secuelas que pudieran presentar. Si bien no hay guías prácticas o de manejo porque todos estamos aprendiendo a medida que transcurre la pandemia, debido a la afectación multiorgánica de Covid-19 se impone un abordaje interdisciplinario y global del paciente”, afirmó Cecilia Bahit, jefa de Cardiología de la sede rosarina de INECO.

La neumonóloga Gabriela Tabaj, jefa de Sala de Docencia e Investigación y coordinadora del consultorio de enfermedades intersticiales del Hospital A. Cetrángolo, coincidió en que ese abordaje no está estandarizado y no se realiza de la misma manera en todos los centros de salud.

“Lo cierto es que si hay alguna alteración en la tomografía, si hay persistencia de los síntomas o alteración en el examen físico, se piden pruebas de función pulmonar y se puede evaluar la posibilidad de un ecodoppler cardíaco. Esto depende mucho del lugar donde el paciente se trate, todavía no sabemos qué es lo que está bien hacer, estamos aprendiendo sobre la marcha”, dijo.

Sin embargo, Tabaj, destacó que en los pacientes que tuvieron neumonía por SARS-CoV-2 “es recomendable continuar el seguimiento y en función de los síntomas, de la placa, de la tomografía, continuar los estudios para ver si puede llegar a quedar algún tipo de secuelas en el pulmón o en el corazón”. “Cualquiera de las formas clínicas de intensidad de dicha neumonía (leve, moderada o grave), independientemente de dónde sea el ámbito en que se internen los pacientes, deben hacer un seguimiento a corto, mediano y eventualmente a largo plazo”, subrayó Jorge Cáneva, jefe del servicio de Neumonología del Hospital Universitario Fundación Favaloro, institución que en el transcurso del próximo mes habilitará un consultorio post-covid dedicado exclusivamente a la atención de esos pacientes.

El médico reconoció que dado el corto tiempo de experiencia en el manejo de la enfermedad, no hay consenso preciso de los momentos evaluatorios, “pero haciendo extrapolación con otras patologías cardiorrespiratorias parece razonable evaluar a los pacientes a los 30 días, a los 3, 6 y 12 meses de la neumonía por Covid-19”.

“Hay un gran temor, porque hay pacientes con mucha agresión pulmonar”, admitió Cáneva. La fibrosis pulmonar (la cicatrización del pulmón que reduce la capacidad respiratoria) es una de las consecuencias que más preocupación genera. Para identificar o descartar su presencia, lo primero que se hace es una espirometría, señaló. Si la prueba (básica y de acceso universal) arroja un resultado anormal, se puede progresar a un segundo nivel de exámenes, que incluyen la determinación de los volúmenes pulmonares, la determinación de la capacidad de difusión de monóxido de carbono y la prueba de marcha de los 6 minutos, que puede detectar si disminuye la oxigenación por el esfuerzo de caminar.

Para el especialista de la Fundación Favaloro también es preciso realizar una valoración de eventual desarrollo de hipertensión pulmonar a través de un ecocardiograma Doppler, que permite ver signos indirectos de sufrimiento del corazón. Mientras que aquellos pacientes que hayan sufrido tromboembolismo pulmonar agudo por la neumonía deben continuar por un tiempo determinado con tratamiento anticoagulatorio que requiere seguimiento médico.

El corazón es otro de los órganos que preocupa. Un estudio realizado en el Hospital Universitario de Frankfurt (Alemania) sobre una muestra pequeña de 100 pacientes que habían tenido coronavirus, halló que el 78% registraba compromiso cardíaco, mientras que el 60% presentaba inflamación miocárdica. 

“Esto es independiente del grado de severidad de enfermedad aguda, lo cual deja en evidencia la necesidad de estudio y seguimiento cardiovascular en todos los pacientes recuperados”, destacó el médico cardiólogo Carlos Reguera, jefe del Área de Medicina Preventiva y Cardiología de INEBA.

Enfermedad multisistémica

“Es un virus relativamente nuevo y todavía estamos aprendiendo sobre sus efectos a largo plazo”, señaló Kartik Sehgal, coautor de una amplia revisión publicada en la revista Nature de las manifestaciones extrapulmonares de la enfermedad (neurológicas, cardíacas, renales, hepáticas, dermatológicas, endócrinas, gastrointestinales y trombóticas).

Gregory Poland, experto de la Clínica Mayo de Estados Unidos en Covid-19, sostuvo en un artículo de la institución que cada vez hay más informes de “casos prolongados”. Se trata de personas que desarrollan complicaciones duraderas y continuas (cansancio, dolor de cabeza, vértigo y hasta dificultades en la cognición, pérdida del cabello, problemas cardíacos y menor resistencia cardiorrespiratoria). Esos efectos, dijo, pueden darse incluso en pacientes asintomáticos o leves.

Por esa razón subrayó que es una enfermedad que debe tomarse muy en serio. “Hay evidencia de daños al miocardio, de miocardiopatía, de arritmia, de disminución en la fracción de eyección, de fibrosis pulmonar y de accidentes cerebrovasculares“, enumeró.

Y concluyó: “Vamos a ver aparecer más y más consecuencias a largo plazo y vamos a necesitar estudiarlas con la misma intensidad con la que analizamos los síntomas agudos. Hay que catalogarlas, entenderlas y, luego, hacer ensayos clínicos para descubrir la mejor manera de tratarlas”.

Tabaj, en tanto, insistió en que los pacientes recuperados deben seguir cuidándose. “El hecho de haber tenido una enfermedad por SARSCoV-2 ya recuperada no significa que se puedan reducir las medidas de cuidado”.

Página de Refrencia: Florencia Cunzolo DIARIO CLARÍN

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