El cáncer es una enfermedad que genera un gran impacto psicológico, tanto al paciente como a sus familiares, y por lo tanto es considerada una enfermedad crónica que se cursa con gran estrés desde su diagnóstico y a lo largo de todo el proceso de tratamiento.
La adaptación del individuo al cáncer es un evento que implica cumplir con una serie de tareas asociadas a vivir con la enfermedad. Por ejemplo, el mindfulness o atención plena es una práctica útil para que los pacientes con cáncer puedan mejorar su calidad de vida
Muchas veces frente a un diagnóstico de cáncer la mente se suele ir al pasado, revisando lo que ya no es y lo que se ha perdido, o hacía al futuro, por lo que habrá de ser o por lo que se tendrá que hacer frente. El paciente se va alejando del presente y, sin darse cuenta, este ir y venir entre lo que fue y lo que será genera mayor malestar.
Una de las propuestas que promueve la Fundación Donde quiero estar es justamente la práctica de la atención plena en la respiración como método para volver al momento presente. Como la respiración solo puede suceder en este momento es una forma simple y concreta de mantenerte en el aquí y ahora.
La respiración funciona como un ancla para volver al presente. Se puede practicar en cualquier momento y lugar, sin gran despliegue: solo hay que poner atención a cómo entra y sale el aire del cuerpo. Es una buena práctica para realizar a diario.
Un paso a paso para usar la respiración como forma de atención plena:
- Sentarse en una postura cómoda
- Cerrar los ojos o mantenerlos fijos en un punto a cierta distancia
- Concentrar la atención en la respiración y en las sensaciones corporales asociadas
- Sostener la concentración y volver a poner el foco en la respiración apenas te distraigas
Fuente: Fundación Donde Quiero Estar