El cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares no solo elevan la mortalidad: afectan la calidad de vida y sobrecargan los sistemas sanitarios.
Hoy las personas vivimos más años. Pero también atravesamos períodos más largos con mala salud. La carga de las enfermedades no transmisibles (ENT) como el cáncer, la diabetes y las patologías cardiovasculares vienen en sostenido aumento y no solo impacta en la mortalidad sino también en mayores índices de discapacidad y de dependencia funcional. Esto suma una presión extra a los ya sobrecargados sistemas sanitarios, en especial en los países de bajos y medianos ingresos.
Entre 1990 y 2017, la prevalencia de las enfermedades no transmisibles creció globalmente un 40%, según la Organización Mundial de la Salud. En ese mismo período, advierte el organismo de la ONU, la carga de la discapacidad de las ENT trepó 52%.
En la actualidad, más de 1.000 millones de personas en todo el mundo viven con alguna discapacidad. Y otra cifra significativa es la que se refiere a la dependencia funcional, la dificultad para realizar actividades de la vida diaria, para las cuales la persona necesita asistencia de manera prolongada. Sólo en América Latina tienen dependencia funcional ocho millones de personas mayores de 60 años, el 12% de esa población, y se espera que sean 27 millones en 2050, de acuerdo al Banco Interamericano del Desarrollo. El organismo remarca que en nuestra región es muy evidente la relación entre la edad, la dependencia y la discapacidad.
La situación en Argentina
Nuestro país no es ajeno a este cuadro de situación. En 2018 se realizó el Estudio Nacional sobre el Perfil de las Personas con Discapacidad, que permitió tener un escenario nacional.
Uno de cada 10 mayores de seis años tiene algún tipo de dificultad, y en uno de cada cuatro hogares (25,5%) hay al menos una persona con discapacidad. La prevalencia es similar entre hombres y mujeres, y también entre las distintas regiones del país. Y aumenta considerablemente con la edad: así, el porcentaje de personas con discapacidad es de 25,4% entre los 65 y 79 años y de 46,6% a partir de los 80. El 82,3% de las personas con discapacidad adquirió su dificultad después del nacimiento y el 44,8% fue debido a una enfermedad.
Qué se puede hacer
Las enfermedades no transmisibles se encuentran entre las prioridades de investigación de la industria farmacéutica, que busca permanentemente nuevos abordajes para desarrollar alternativas terapéuticas innovadoras. Pero para poner freno a la carga de las ENT se requiere también un compromiso individual adoptar hábitos saludables, que debe ser estimulado y facilitado desde la comunidad y el Estado. En este sentido, es imprescindible que se diseñen políticas públicas para garantizar métodos diagnósticos que prevengan las ENT, alternativas terapéuticas para tratarlas y sistemas de cuidado equitativos.
Fuente: Estudio Nacional sobre el Perfil de las Personas con Discapacidad, Banco Interamericano de Desarrollo, Organización Mundial de la Salud